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Puno, 1948

Gloria Mendoza Borda

DISCURSO DE UNA NUEVA MÁRTIR, CAMILA

 

A propósito de ver unos cartuchos blancos 
mirando hacia abajo, doy otras connotaciones
con el recuerdo de la mártir Camila
                                          

 

Soy una trompeta blanca

miro hacia abajo

soy blanca

pero no me siento

blanca

soy una mezcla

tengo el aroma a tierra

tengo cuatro años

no estoy sola

me acompaña 

el silencio

la noche

soy Camila

una flor blanca

como mi muñeca sucia

migrante solitaria

soy Camila 

me acompaña una multitud

me desmenuza

un mozuelo asesino

 

por los cerros

miles de zancudos miles

la noche muestra un cielo tenebroso

canto a la tierra

tengo muchos hermanos

aquí en mis pueblos

soy popular 

en mi cuarto sin ventana

en las pretinas de pobreza 

tengo un bosque

una orquesta

escalo mi corneta

los sonidos

alertan

la historia

tocan las campanas

por las mujeres muertas

niñas vejadas como yo

en batalla de mutismo

aullido salvaje 

desde las tormentas

me vengaré contra los asesinos

dejen de hacer ruido rocas / piedras

mar / cielo / aire / fuego / viento

madre / uniformados / helicópteros

me vengaré contra los zancudos

con la inocencia de las margaritas

camino sollozando al borde de los mares

la historia no olvida 

soy Camila

el asesino osa decir

soy blanco / pero me dicen chino/ negro

asiático / andino / amazónico / silvestre

indio / cholo / inca / salvaje / zancudo

tengo el poder de los machos

de la perversidad

solamente fui en busca de Camila 

vapuleada por la inocencia

solo la toqué

no la metí en un costal

 

solemne disculpa

de sádico

cruel

asesino

se orina de miedo

ni una más

pero en las oficinas 

los oídos atrofiados

 

Reimunda / Anastacia / Florencia / Isadora

levanto la voz en nombre 

de las sin nombre / cornetas / cartuchas

Isaura / Rosalinda 

día de las madres huérfanas

de las hijas que no aparecen

migrantes como Sarita Colonia

de las abuelas sabias y su mazorca 

de dientes blancos

cada desaparecida en la cuenta del maíz

una niña inocente

otra / otra / otra / cientos

una niña con ansias de vivir

una niña que juega con las muñecas 

como si escucharan mis palabras

otra joven talentosa universitaria

otra joven vende fruta en el mercado

otra muda que perdió sus palabras al nacer

la razón insana de los zancudos

pica / que se haga ceniza / fuego

que se quemen en la hoguera

como ave rapiña

jauría de arañas

que se arrastren en sus medias ahuecadas

hijos de buitres desde las sombras

custodiados por cuervos simulando santidad

llorando / jurando ser mártires

pidiendo perdón con el rostro acongojado

llorando con ajos triturados en los ojos

 

compañeras

tengo un bosque / una orquesta

levanto mi corneta: 

salvajes

cernícalos

mal nacidos 

ya llegará vuestra hora

la multitud clama equidad en las cárceles

ya llegará nuestro tiempo de aterrizaje

donde coincidamos cara a cara nuestro dolor

desde la muerte / desde los brazos mutilados

desde la sangre de las dueñas de la tierra

desde el llanto de nuestros padres

desde el fondo del brote de nuevos hijos

ya llegará el momento

donde caven sus propios hoyos

con la conciencia derrumbada 

de pájaros negros

que se calcinen para siempre

que caven sus propios hoyos para siempre

yo Camila

soy la nueva víctima de la historia

en nombre de todas las Camilas / volveré.

 

(de Amusa, 2020)

Imagen de un pastor

 

PRIMER ACTO

 

Yo la tímida pastora de tus ovejas

bendito amo

lavé tus ovejas en todos los crepúsculos

de la virtud de los campos

hasta que se muestren desnudos a los ojos

de aquellas inolvidables tardes teñidas de ceniza y té

tengo la cabellera rizada semejante a una cabra salvaje

amo

yo rumiante de los tiempos de violencia

corriente agitada

pastoreo mis palabras

terminada mi tarea

estrangulo en el bosque el estúpido polvo de las arañas

que van carcomiendo la red de la choza  / tus ojos de leche 

 

amo

bastante he pastado

me he cansado con tu ganado

dame otro trabajo 

juguetes de la corteza de árboles

quiero ser una pájara bravía / picuda

en los arrabales de mi corazón

quiero ser una chita 

meeeé en las nubes de  los cielos

de los sapos

después del aguacero

la de oídos finos

para escuchar la música

del viento

masticando el pasto de los poemas

pretendo brotar de los ríos que me acechan 

 

dame tu sombra quiero jugar a la guerrilla

amo estoy deslucida

me duele ser una callada pastorcilla  

para caminar tanto con los pies desnudos.

 

SEGUNDO ACTO

 

Amo mal amo

estoy harta de pastar tus ovejas

coger el látigo

escuchar solamente aullidos

de la yerba de los prados

 

¿por qué habré nacido para ser tu pastora

la pastora de tus sueños la pastora de tus rebaños

pastora de tu rostro en el conjuro de la danza?

 

TERCER ACTO

 

Amo mal amo

quédate con tus ovejas

con tus carneros de fiesta

cintos de colores en tus venas

que no ven

tengo el olfato de los abuelos

sé correr en manada

es tu hora me voy

debes pastar al compás del látigo

es tu turno

escucha esta carcajada de la cosecha

de mi olfato a poesía

te toca pastar mis ovejas maleducadas y tristes

te toca pastar mis lamentos de agua

se acerca la primera muerte

pastor pastor de montañas inexistentes

pastor ¿escuchas?

no te pierdas

no desmayes

pastor

es el fin.

 

(de Los grillos tomaron tu cimbre)

José Santos Mamani

 

Mi padre

acaricia rojas orquídeas

para evocar a José Santos Mamani

medía como dos metros e iba

seguido por el bullicio de los niños

espantaba cóndores incrédulos

en Bolivia

su tamaño encrespaba crepúsculos

a su paso cuchicheaba el silencio

los yanquis

como preciado venado

se lo llevaron

sin importarles su lejanía

ni su corazón aimara

exhibido en circos

y

vitrinas

reproducido en telares

los gringos sin apiadarse

sonreían

no les importaba

su coca madre

su llipta dulce

su poncho abuelo

cuentan que José Santos Mamani murió

de tristeza

en los Estados Unidos.

Este nombre no es mi nombre

 

Juro en nombre de la rosa

la fe

y la verdad

mi viejo sombrero

por el pequeño Laiko

y mi negra trenza

mi nombre es Isadora Tipula Quispe

me hicieron profesora de literatura

entre danza de máscaras

porque me perdía entre los ríos

y James Ensor guiñaba

el ojo izquierdo

observando sus máscaras macabras

tristes – malolientes – amenazantes

buscaba

mi historia

en el aguacero

besaba piedras

y preguntaba por mi nombre

a los tejados

en nombre de la rosa

oh cantuta

imposible dejar de nombrarte

rosa silvestre

rosa de las acequias

en vano preguntas

por la señora de la cabellera larga

ella está envuelta

en una aguda trenza

y en cada nudo

los ojos de los abuelos

encienden la noche

desde la magia – mito – ensueño

de Huancané

allí

donde todo es juego de infancia

padre

maíz – cimiento

erguido eucalipto

ruta que va y viene

blancas palomas se instalan

en mi silencio

en busca de trigo

 

fin de la época

aroma de rosa

quedo en la quebrada

campesinos aguardan

en su morada

hasta que las estrellas se multipliquen

desde Juliaca

y conducen tu vida

por tierra de nadie y de todos

en la piel de la rosa

rosa silvestre

tengo el presagio

de la guerra de hormigas

brasero

los muertos no están tan muertos

andinas buganvillas

cielos abiertos

trazaron mis andanzas

pastora de ovejas

hasta que el sol se pierda

entre las montañas

y me hicieron poeta en las abras

este nombre no es mi nombre

juro que soy

Isadora Tipula Quispe

y no Gloria Mendoza.

 

(de La danza de las balsas) 

Mamá Herminia se hizo agua (4)

 

Los ríos se convirtieron en la entraña de mamá Herminia

 

brazos de olas traslúcidas alzaron poemas extraviados

en la corriente

 

en espuma afín memoria mamá Herminia se hizo catarata

 

entre mensajes sigilosos y aves negras oh muerte

 

río Sollata nos golpea nos recuerda nos envuelve

del agua salimos / el agua nos sigue golpeando entre las rocas.

 

(de Desde la montaña grito tu nombre)

Boca arriba la balsa (5)

 

Están las imillas conduciendo las balsas

en la travesía el silencio es una golondrina extraviada

 

están los campesinos emparentándose

con los cielos y la muerte entre los vivos

 

nevado horizonte furia desesperanza

agonía de los desheredados

a pesar de todo

sois los dueños absolutos de las montañas

 

dueños del espacio sideral dueños de los árboles y los pájaros

dueños de la leche recién ordeñada / dueños del trigo

y la pureza de las flores.

Júbilo en el monte (5)

 

Este persistente silencio de cuatro ojos

nos hospeda en la copa de los bosques a vuelo de gaviota 

enceguecidos auscultamos el nacimiento de nuevos prados

las algas de tus balsas reflejadas en el río

siguen atrincheradas en la ruta

junto a los que huyeron de la marea y del hambre

la razón es justa pero las muertes no se justifican 

tendí las manos en busca de la última lengua de sol

los girasoles se han cerrado para nosotros amordazados entre las piedras.

(de Desde la montaña grito tu nombre)

Telón al final de escena

 

Mis fantasmas mis viajes mi lago mi Huancané

mi Oquendo mi Churata mi Mercedes Bueno

mis amigos en el extravío

de los barcos que se van

mi Compuerta de Pecosani

mi padre transformado

en trigo eterno

mi sombra translúcida

no tengo nada

sobre las cenizas

de mis faldas largas

construí

una tea pomposa

con nuestra historia.

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