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Trujillo, 1976

Gloria Portugal

Un zancudo

 

Pasa

Repara en mí

Se detiene

Me examina

Presta atención a mi piel y

Las hilachas de mis vestidos

Revolotea en torno a mi angustia

Acaricia mi pelo

Se posa en mí

 

Solo quiere una gota de mi sangre

Se la doy

 

Nunca antes alguien había hecho 

Tanto por mí

Por tan poco.

 

(de Insanías, Carpe Diem, 2010)

El monstruo

 

Un día mi madre dijo

que papá era un monstruo

 

Empecé a observarlo a escondidas  

tratando de encontrar evidencias

tal vez unos cuernos      una cola     unos colmillos

o un número impreso en la cabeza

Nada encontraba

aparte de la creciente calvicie     los brillantes anteojos

el terrible aliento y las extremidades macilentas

 

No  —insistía mi madre—

él es malo     siempre nos miente     no nos quiere

¡ya vas a ver!     

 

Entonces dejé de acercarme

 

Hasta que tuve que mudarme con el monstruo

cobijarme bajo su ala de dragón 

sentarme a su mesa

y esperar…

 

Nada ocurrió

sus maldades eran poca cosa

solo él creía sus mentiras

 

Dejó de asustarme el viejo monstruo

dejé de temerle     de odiarlo

hasta empecé a quererlo

 

Pero ser la cría de un monstruo 

por tanto tiempo

tiene consecuencias: 

ahora mis hijos me temen a mí

 

(de Estrellas en el cielorraso, Paracaídas, 2016)

Canción del diente de león

 

No me resistiré 

me dejaré acariciar

sacudir

arrancar

me dejaré descuartizar

 

Conozco mi destino de mata 

sin precio

 

Mi redención está en el viento

Si mi casa pudiera hablar

 

Si mi casa pudiera hablar

me contaría lo que pasó en mi ausencia:

 

Una mariposa entró por la ventana que dejaste abierta

y no supo salir

 

Un niño quiso jugar contigo

tocó el timbre y se fue corriendo

 

El teléfono sonó varias veces

por lo menos una llamada debió haber sido urgente

 

La planta de la maceta terminó de morir ayer

si te hubieras tardado menos

lo habrías impedido

 

Los insectos que solían danzar alrededor de la lámpara

tuvieron que emigrar en busca de luz

 

Las solemnes conversaciones de los relojes

pasaron desapercibidas por tu insomnio ausente

 

Qué decir de los amaneceres:

los hubo espectaculares

pero no estuviste para descorrer las cortinas

 

Por lo demás

la mesa crujió sin uso

el polvo floreció sobre los libros que no leíste

la voz del refrigerador adquirió un tono lastimero

y es evidente que jamás se sintieron tan vacíos los espejos…

 

Seguramente    si mi casa hablara

no mencionaría

la paz de la estufa     al fin sin grasa

el placentero descanso de la escoba

el prolongado reposo de los resortes del sillón

el alivio del retrete…

 

Y es que los que podemos hablar

no siempre decimos toda la verdad

BIPOLAR

Life

I am of both your directions

MARILYN MONROE

 

O estás con Dios o con el Diablo,

acostumbraba decir mi madre.

 

Como si fuera fácil distinguirlos.

Si solo se tratara de aureolas o de cuernos.

 

¿Cuántas veces tomé partido por uno,

creyendo hacerlo por el otro? Ya no lo recuerdo.

 

En alguna ocasión intenté el término medio:

mantenerme en la mitad de la cuerda,

 

pero el funambulismo nunca fue uno de mis talentos.

 

Me acostumbré a moverme 

en apretado zigzag, a ir del amor al odio, 

 

de la angustiosa nada al todo opresivo,

de la feroz euforia a la miseria de la melancolía.

 

¡Pobre de aquel que se cruzara en mi camino!

Lo juzgaba totalmente bueno al principio

 

Y, al minuto siguiente,

se convertía en el ser más perverso.

 

Solo podía desplazarme dando saltos.

Nunca aprendí a dar simples pasos.

 

Sigo allí, en un polo o en el otro 

y no es cómodo. El frío es intenso.

Canción del manicomio

 

entró el olor del día/  por los huecos/  de la cortina

amaneció temprano/  se confundió/  el pobre gallo

el café/  bang-bang/  asesina  mi disforia

cerró el ojo/  con una llave/  con un cerrojo

todos los árboles/  tienen/   la piel fugaz

la alegría/  cuelga/  de los postes de luz

es rojo/  aunque tenga/  el alma azul

la nota se escribió sola/  en la servilleta/  como la 

                                              historia

es un ejemplo/  pero parece/  una definición

la acera lame la suela/  mi lengua/  el zapato entero

el día es circular/  cuadrado el sol/  en el espejo 

                                               retrovisor

estás vacío como el eco/  mudo/  como jirafa

olas/  no me traigan/  más que mar

¿si no uso sombrero/  para qué/   tengo cabeza?

la ganzúa se rompió/  ábrete/  sésamo

te domestica/   finalmente/   la violencia

no son clavos/  son plumas/  sobre las que sangro

música anda/  de caza/  de pesca

una bala/  dibujó/  una rosa

ciempiés/  mil dedos/  solo una hoja

¿en qué/  estás pensando/  mi amor?

qué manera/  tan elegante/  de estar muerto

lo que me queda/  de ti/  es un cabello

cuando te vea/  te diré/  que no te vi

tristeza/  perdóname/  si me gusta reír

los signos de puntuación/ me producen/ desasosiego

cría cuervos/  yo criaré/  caracoles

te leerá el ciego/  si estás hecho/  de puntitos

acaricia al gato/  descuartiza/  al diente de león

mi recuerdo/ del futuro/ se desintegra

quisiera ser reloj/  y que me miren todos/  con 

                                              preocupación

recoge tus pasos/  como monedas/  de un sol

el fulgor de la silla/  de madera/  es de seda

el crepúsculo se sentó/  a la mesa/  del comedor

lo tuyo dijeron/  fue un error/  de fabricación

todos tienen/   razón/   menos yo

abrígate/   en la caja/   del refrigerador

 

(de Canción del manicomio, Hipatia Ediciones, 2021)

Horas nocturnas

 

Anoche me visitó el Hada del Sueño.

Tú no tienes el alma limpia

─me dijo─, no mereces dormir.

 

Observé la pequeña píldora

un largo rato antes de tragármela.

Comienza la función

 

Hoy debo ser Ofelia. Los espectadores conocen el libreto. Saben que voy a enloquecer. Solo que ahora hay modos de neutralizar a una histérica suicida. No es necesario morir.

 

Dejo de cantar y salgo de escena aferrada a mi prescripción médica. Hamlet, solitario, acaricia una reluciente calavera. 

 

Le cuesta decidir entre ser y no ser.

¿Por qué humana?

 

Of all living creatures

why a human being?

A L O N D R A    B E N T L E Y

 

Los árboles siguen en el parque,

también la banca donde me siento a tomar el sol,

 

el cactus de espinas inocentes,

el gato que duerme sin píldoras.

 

No les urge tener la conciencia limpia

ni estar en lo cierto.

 

Tampoco necesitan hablar.

Es más,

 

siempre guardan silencio

cuando les pregunto lo mismo.

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