Lima, 1966
Roxana Crisólogo
Una extranjera viajando en tren a Moscú
no hay a quien hacerle el habla
pero de rato en rato
viene el controlador de boletos a controlar mi nerviosismo
y me siento acompañada
he llenado de tos el compartimiento
el aire circular de los agujeros
con diminutas ventanas
el maletero vivo de cosas
no soy una vendedora más
ni sé de excursiones Lonely Planet
al centro de la Tierra
me disculpo
odio las montañas
no tengo por qué explicar
un origen demasiado arraigado en mis ojos
este excesivo sueño
que el desierto ha dejado
como un tapiz de ahogadas voces en mi lengua
hasta que respirar se hace en viajes
cada vez más cortos
el tiempo que me tomo en voltear la página
y encontrarme de golpe
con el informe del tiempo
al fondo dos turcos se juegan la suerte
o a mí
y una nigeriana da de comer a su hijo
de un fruto pequeño que llamaré pecho
verde que te quiero verde
repito
asumo esta opción
la soledad
ojos profundamente negros
y manos cuidadosamente blancas
toda una lista
de enfermedades tropicales
que de pronto
asoman el rostro
en un inglés impronunciable
que ya no me importa seguir
y es un motivo más para el silencio
pero ahora los turcos se lo juegan todo
y me toca ser el cuerpo o esa parte mía
que también llamarán pecho
un cruce
atolondrado de formas
y empiezo a entenderlo todo
acumulando voces como dialectos
afines al tacto
mientras agua sale de la boca no como una palabra
y se convierte en una pregunta de los ojos
que también el cuerpo describe
pedir agua
debe ser igual en todos los idiomas
desde todas las manos
me aferro a lo que el cielo arrastra
para mantenerme despierta
para seguir el verde
para no interrumpir
el recorrido e inimaginado
vacío
verde del Báltico
verde postal
el invierno es la ausencia
del todo
me dicen
y ya soy parte de esta línea que como un iceberg
se desvanece en la nada que dejará el tren
Dejamos atrás una estación
yo
el desentendimiento y este horizonte
cuidadosamente labrado
el destino final de todas sus promesas
verde insiste en posesionarse
como el espejismo de la inacción
mientras una daga de luz
adoquinados moldes de leche
este pecho mío
disecciona una planicie de lagos
dónde vivirán ese par
de muchachas holandesas
no en un barrio
supongo
ni en medio del bosque
posan una al lado de la otra
tan apacibles en el almanaque
mientras a su lado una vaca
se deja tocar la ubre con placer
comercial de leche o de yogurt
-se me revuelve el estómago cada vez
que escucho la palabra yogurt-
hojeo una revista para no tener que hundirme
en el verde
para tener qué preguntarme
qué contar
no todo será este ardor de várices
ni falta de movimiento
aún quedan tantas horas
¿tendrán el mismo efecto
dolerán igual?
piernas demasiado blancas
demasiado largas y bien torneadas
y alguien por ahí diría perfectas
es un asunto de huesos
cómo explicarles que soy demasiado pequeña
que no consigo bajar la persiana
demasiado verde terminará por cegarme
demasiado campo
espacioso e indeterminado vacío
demasiados ojos atestiguarán
una extranjera en el tren camino a Moscú
leyendo sobre lo que hace unas semanas
pasó en Vorónezh
una ciudad desconocida
hasta ahora
como yo
que desordenadamente fisgoneo en el mapa
y viajo sin dejar que el silencio influya
que fluyan los árboles
dejar
dejar_
se
A
F
L
O
R
A
R
reviso mis notas de física
las coordenadas del cielo
su equidistancia imperfecta
se impone la sabiduría del mago
la sofisticada velocidad del color
poco a poco
todo
se aclarará en los ojos
la mirada del pasto
verde con olor a menta
verde limón
verde esmeralda
verde que te quiero verde
recito
verde que te quiero verde
carajo
como una niña que se introduce
un cuadrado de miel en la boca
no hay más detalles
solo esa niña viajando
una familia de vietnamitas
jugando a las cartas
jalando de su abrigo
o del vagón cuando se inclina
¿y si estudiara el primer año de arquitectura
si tuviéramos el mismo sueño
la misma suerte
el mismo golpe?
a mí me gustaba danzar
no diré mi nombre
solo que me gustaba danzar
fue esa falta de manos
esta ausencia de voces
lo que me hace contar
yo bailaba entre otras razones
porque hacía falta decirlo de pie
bailaba sobre una alfombra de arena
a miles y miles de kilómetros de Lima
todo lo que se puede dar forma en la mente
giraba como un abanico oriental en mi rostro
estudiaba arquitectura
y bailaba
bailaba
para domesticar las sombras
un edificio tras otro
soñaba e interpretaba mi mejor danza
cuando el tiempo atascó un pie
en el acelerador
era la noche de los cristales rotos
Kristallnacht
en un alemán mal masticado
aun queda en sinsabor
en la piel
y la patraña que esconde el pan negro
y afloja los dientes
y endurece el alma
abedules
pinos
fresnos
debe haber alguna madera
que se sobreponga al vacío
algún peso que lo contenga todo
cierta algodonosa humedad
demasiado blanco
enceguece
demasiada luz
demasiadas sombras
una extranjera viajando en tren a Moscú
Vorónezh desviando el camino
cementerio de fábricas
reactores nucleares y flores
disfrazados de pasto
en el fondo
en el fondo la boina roja
de un asustado conscripto
que no bajará la mirada
demasiado joven
pienso yo
demasiadas preguntas
piensa él
dos muchachos rubios
con un bate de béisbol
botas y cabellos rapados
destapándome el vacío
llenando esta nada de golpes
Alguien me corrige la ortografía
Temo que una cirugía de nariz no sea suficiente
Mi expresión que desdibuja
esta calamidad que llueve como una tormenta tropical sobre la hoja
Tú dices cerro sobre habitado
corrección d e s o l a d o
Yo lo llamo el peso de mis palabras
Nunca quise seguir los consejos de mi profesora
de lengua española
Me hace hablar tapándome la boca [risitas al fondo]
Me enseñó a quedarme en silencio
entre mis hombros escondida en mí
entre mis piernas
Nunca quise escribir
Ella que trabaja de moza en un bar
deshizo la suciedad con químicos y trapitos húmedos
cuando parecía que los viejos muebles de la casa cobraban vida
y empezábamos a escuchar sonidos raros
El bar
cubierto de eso que no se quita con nada
por un salario mísero Ella
no tiene tiempo ni para mirarse al espejo
no le da tiempo al poema para saltar
la hipérbole
y no exagero
mientras escribo este poema alguien me corrige la ortografía
alguien que me acusa de dejar los colores sueltos [mucho polvo]
de hacer demasiado ruido de usar palabras feas
Encender la lámpara
Aquí homenajeamos a la belleza peruana
Las que no fueron invitadas siguen la ceremonia
pegadas a sus teléfonos
Me agobia este tipo de invitaciones
no sé qué parte de mí será separada por un bisturí
hasta dejarme abierto un tumor en el cerebro
Empiezo a sentirme preocupada por los contornos de mis ojos
las bolsas de años perdidos
los rastros del alcohol que forman humaredas
polarizadas cuando sueño
me dan un aspecto demasiado inteligente y sabio
por el largo y desaliñado cabello que cuelga de mí
como una estampida que nadie nunca escuchó
pero una mano
esto no estaba en el libreto se extiende para acomodarlo
Parece que sonrío todo el tiempo y eso está bien
[algo se inflama en mi lengua]
Mejor si corregimos tu posición
y la mano toma su lugar
Qué tal si nos sumergimos como en el acuario
con pececitos de color diamante
La relación de los peces con el agua es inobjetable
dicen sí a todo
y el agua golpea y golpea
Qué tal si digo sí a todo y me ahogo en llanto
Una buena y dulce madre
se olvida de sí misma
la mano no se olvida de mí
empuja
la ansiedad de cien ojos que esperan que algo pase
Mejor si eso y todo lo demás toma la forma de los vidrios de los acuarios
la sinuosidad de lo que no se puede contar
Una buena esposa no se ahoga dice la mano
una verdadera mujer que la misma mano acomoda
para dejarla en el lugar de despegue
en el centro
es la imitación
de otra buena mujer
Y quedo clavada como un tumor en el cerebro de todos
la ansiedad de cien ojos que esperan que algo pase
Parece que nada de esto es verdad
una bulliciosa avenida transitada
por donde atraviesa un hombre arrastrando de los cabellos
a una mujer
Parece que soy bella
Parece que una lluvia de estrellas rodeará mi cabeza
Parece que algo explotará frente a sus ojos
Le pregunté a la belleza
mirándola a los ojos
qué es lo que ve
mientras estiro mi cabello
la indómita mecha que el paso de las palabras
decolora
Sentada a la mesa para negociar
reacomodo mis rasgos bajo una luz opaca
la luz del horizonte
Le pregunto qué es lo que tengo que hacer
para entrar al club
Le pregunto al espejo
si hay algo menos que no ser blanca o más oscura
lampiña
sin más adjetivos que un color que me ponga piel
Cuándo esta inquietud se convirtió en un pájaro
de mal agüero sobre mi cabeza que canta
si empecé a ser más blanca
más meditabunda y aburrida
a medida que decidí pensar
Si dejé de ser verde o azul si las plumas de los pelícanos
clavaron rutas imborrables en mi torso
y la indecisión de esta melena que no se acomoda en ningún lugar
Si blanqueé mi nombre para sobrevivir
si para sobrevivir cubrí mis mejillas
de un polvo para hornear
si traicioné mis pupilas orientales
convencida de que el lápiz solo alargaría mis ojos
pero jamás mi vida
El blanco terminará siendo mi abrigo
Este cuerpo este color
tuvo miedo de morir en explosiones
Tenía un lugar en el mercado de frutas
junto a las exóticas chirimoyas
y a los bonitos que los pescadores despellejaban
con la destreza de los que saben mudar de piel
Temo romper la ilusión
de los que esperaban una fiesta de cumpleaños
temo desatar el listón que mi madre me ajusta en las trenzas
con el pretexto de afinar la mirada
Yo no quería escribir un poema
yo quería darle la vuelta al Sol
Me tomó doce horas llegar tan al norte
que el viaje se convirtió en huida
Huir fue mi velocidad
El espejo no miente
la que se arregla el cabello acomoda en un solo
lugar de la cama
todos sus adjetivos
intenta escapar de esta captura de pantalla
La basurita en el ojo
La hermosura la raza
La india que por un clic por un poco de atención
sonríe
vende su tragedia como caramelitos en el bus
Mi mirada de serpiente
Mi mirada sin la serpiente
mi religión mi lengua sin religión ni lengua
mis formas de despedazar un pescado crudo
mi desnudez encubierta
Le pregunté a la belleza si me podía invitar a su coctel
Si son suficientes los arreglos que me hice en el rostro
para no desaparecer en la blancura del flash
Le pregunté qué debo echarme a la cara
para no ser tinta derramada
Soy sangre derramada
Qué no debo colgarme al cuello
para no sentirme en el Thanksgiving Day
Le pregunté lo que las adolescentes no preguntan a sus madres
por miedo a la reprobación
Soy huérfano pajarillo* la reprobación la fiesta chicha
la carpa en la que bailan el ritmo más duro
un centenar de tipos que no conozco pero leo en sus labios
sus exigencias y sus privilegios
No me fui para hacer patria sino para desilusionarme
No me fui para huir sino para regresar montada en mi piel
Me pregunté si mi tono de piel es un traje de fiesta
Una estilista tailandesa me recomendó
desaparecer mi cerquillo
o desaparecer bajo mi cerquillo
Mudaste de país mudaste de piel lo olvidarás pronto
Y ahora hago mi aparición más blanca más pura
desde entonces todo empezó a ser más cierto más definido/
Este cuerpo respira midiendo la distancia de una palabra a otra/
quiere mantener la imagen de cintura frágil
del talle de espina de pez de una sinuosa carne
Este cuerpo este pez es la delicia de los ojos
de los que en el acuario terminan atrapados por una luz/
es la belleza
te imagino vendiendo chucherías
contándole a la gente lo lindo
lo maravilloso que es vivir en el Perú
vendiendo en un idioma que no existe
un país que tampoco existe
puedo ver a mi hermana vendiendo
en un pueblo de nombre impronunciable
compitiendo con turcos alegres
hábiles vendedores de baratijas
entre alfombras y sedas
la estudiante de cabello largo
la muchacha pobre de San Juan de Miraflores
(cerca de lo que algún día con suerte llegará a ser un tren)
vendiendo como quien se vende a sí misma
como quien recupera una parte de su orgullo perdido
exigiendo el precio más alto
dientes blancos
que llamará collar de piraña y ella luce
con verdadera dignidad
piel marrón de huaco
que conseguirá admiren
mirada de bronce como la de los embrutecidos
en las minas
manos enrojecidas por el trabajo negro
tú les dirás que es su color natural