Iquitos, 1955
Sui Yun
Arráncame la cumbre en la gota del cielo
deshoja las flores, aquellas mariposas hilvanadas de angustia
desdobla el llanto de risa como el jadeo de las olas
Irisa la piel de noche o puebla el mar de gaviotas
quiebra ese gélido manto, las cascadas del viento usurpando el destino
¡Oh, devoción máxima acelerador del cuerpo royendo mis entrañas
en partituras órficas
Reloj de la noche clavado de angustia
moreras y parras envuelven mi cuerpo, un efímero secuestrador
vestido de tafetán, me pregunta si soy dentífrico del cielo
o cadáver del espectro
la noche que cubre mis ojos
de mangos duros
palpitan
como
el granizo
entre
mis ancas
el puño
terso
y
ceñido
de obsesiones
clava
la espada
en el vientre marino
the knot in my hand
is
simply
red
Perdimos el extravío
He dilatado las pupilas de tus ojos
como anchos caballos… lánguidos geranios
sumergiéndome los pies en el asombro de la tarde
las acacias caen perdidas en cada punta del sol
nos acostamos bajo la tenue brisa que secuestra nuestras axilas
así surgen las caballerizas, en cada rasgo perdido
en cada ensillada amapola que te enturbia y te pertenece
Perdimos el extravío hacia la proa extinguida de ternura y
dolor amanecidos
De Rosa fálica, 1983
El vientre de María era un girasol abierto
pisada por las tumbas de guerreros en pleitesía
Eran tiempos de heno
cuando las colinas acumulan las fragancias
sobre su dorso
Piélago, remolino, abisal
tú germinas la palabra en el más recóndito
pudor sementino y
tus ecos
están diseminados
por la cólera del viento
señor de mi oquedad.
Dicen que el trigo
amenaza con el viento
la visión del cielo
y que el rostro de Dios
exuda en lo alto
el contorno del Universo
Para crearnos, para vencernos
recostados a la sombra de un viejo eucalipto
nuestra plegaria de luz se sumerge en
el canto del follaje eterno
De Cantos para el mendigo y el rey, 1999
Saudade
Cuando la noche se acaba
se secan mis labios pronunciando tu nombre
El ir y venir de la hamaca, ese vaivén que tanto me recuerda
al olor de la tierra, con sus sonidos a grillos y saltamontes
y sus parpadeantes luciérnagas
La noche es un río negro despertando el murmullo del Universo….
Alrisha
Alrisha se encontraba alta en las noches de octubre
mientras un violento frío desnudó su cuerpo
Las ramas de Dafne encubrieron su cuerpo
temerosas del fuego…
Alrisha viajó más allá del éter
desplazando su nave
hacia la constelación de occidente
y entre espumas del mar
y el recuerdo de Cronos
nació Afrodita, alimentándose de los primeros rayos solares
Naturaleza ígnea
apela al retozo de delfines
a la abundante energía de iones en el oleaje
Estamos a punto de perder el equilibrio
Alrisha
Nosotros te imploramos vida
sostenible vida….
Soñando como pez en posición fetal
Muchas cosas he soñado sin tu permiso querido Amazonas
río profundo de mi nacimiento
En ti, las aguas jugaron su destino de voraz remolino,
el surco hecho nada…
Para qué fumigar las hojas nacientes, si mi pez vislumbra
los ojos desde ese mundo que no vemos
Desde esa vértebra donde los sentidos y las sensaciones se
disparan por sus escamas, sus tráqueas y aletas
Todo lo que vislumbras, lo transmites en las aguas
y yo que soy tu bebedor, respiro hondo y animado
los signos hondos de tus esferas
Así nos turnamos, interpretando las señas de oxígeno
que aún nos queda, que aún nos late….
De Alrisha, 2018
Poema alineado a Byung-Chul Han
Expansivo como el viento
la fugaz memoria
rehúye reconocer
la prioridad del yo
De ese yo
que se encuentra en el alba del Eros
que provoca el ser amado
Un erizo sin fondo
hasta cambiar de latitud….
Inédito. Santa Eulalia, 5 de marzo 2021