Lima, 1973
Micaela Chirif
Las nubes
Una, dos, tres
Sobre la cabeza del pescador
Cuatro, cinco, seis
Las nubes pasan
Las nubes no saben contar
Las nubes no tienen nombre
Si el pescador grita:
¡Cecilia! ¡Estela! ¡Gabriel!
Las nubes no voltean a mirarlo
No regresan
Las nubes no conocen las palabras
Las nubes tienen forma de tractor,
De nube, de perro, de zapato,
De pajarito, de sombrero
El viento arrastra los sombreros
El viento arrastra las nubes
Los sombreros caen en algún momento
Las nubes no caen
Las nubes llueven
Siete, ocho, nueve
millones de gotas sobre el sombrero
del pescador
Y después
Las nubes pasan
En El mar
Dentro de una cebra (fragmento)
Durante algún tiempo, viví dentro de una cebra.
Cuando vives dentro de una cebra tu perro, tu gato y tu canario se convierten en cebras. También tu abuelo.
Desde dentro de la cebra, mi mamá era como un rompecabezas que podía armar y desarmar.
Al fondo de la cebra crecía un jardín lleno de árboles.
Bien abrigado dentro de la cebra, los días fríos caminaba en medio de la lluvia sin mojarme.
En mi cumpleaños, siempre me tocaba el trozo más grande de pastel. Eso era bueno.
Pero había días terriblemente aburridos
Las ovejas (fragmento)
Las ovejas cuentan flores para dormir:
un girasol, dos rosas, tres geranios, cuatro jazmines
y así.
Las ovejas no duermen en el autobús al volver del trabajo
ni en el cine
ni en la playa
ni en la cama.
Las ovejas duermen sobre la hierba.
La hierba es verde y está llena de hormigas
y grillos y saltamontes.
Las ovejas no son verdes como la hierba.
Una canción que no conozco (fragmento)
A veces me llama por teléfono
un amigo muerto desde hace años.
A pesar de lo que podría pensarse,
la conversación es bastante normal.
Yo le cuento los chismes de por acá:
que abrieron un nuevo café,
que siguen igual de ruidosos los del departamento de arriba,
que floreció el durazno.
Él me cuenta los chismes de por allá:
que hace frío en las mañanas,
que le sobra el tiempo,
que se le olvidan un poco las cosas.
(…)